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Aquí estoy, frente al monitor casi en blanco tratando de expresar lo que en mi mente revolotea, unas ideas buenas, otras malas y las demás, en vano las pienso.

Cada una gira, llega, pasa y se va; pero la idea de ti, tu imagen, el recuerdo de tu voz, tu olor, tu sabor... no cambia, vuelve una y otra vez, se hace fija, va formando parte de mi. No sé con precisión a partir de cuando comencé con este mmm ¿mal? ¿Debería llamarlo así? No, no creo que seas un mal aunque las reglas de la lógica en turno indiquen lo contrario. Ya sé, lo llamaremos gusto, Gusto de ti. Sí, sé que no he sido honesta en los últimos días, que cada vez que me preguntan lo niego y créeme que negarte es negarme dos veces, lo sufro tanto...
Anda, ten consideración, nada pierdes, quizá ganas, sólo di Sí y verás que te muestro cosas que a nadie más mostré, conocerás mi lado oscuro y mi luz, mi ser, seré total, sin nada que esconder, sin fragmentar. . . Sólo di que sí y verás que podemos volar, enfrentar adversidades, escalar montañas, navegar los mares y triunfar...

Y me dices que no, que es inútil seguir, que tus días no son para mi, que abandone la idea de ti, que no debo reaccionar así.


Lo sé, entré a un juego y aposté a perder, a estas alturas debería acostumbrarme, el azar no es para mi. Condenada a querer lo imposible, destinada a estar sin ti, ¿cómo se puede vivir? Ojalá que tiempo me ayudara a olvidar, a no pensar en ti, a ser feliz, a cortar el lazo que me une a ti.
Ojalá que el tiempo... ojalá.